18.9.09

constatación del miedo

Torvo y locuaz a un tiempo,
el vuelo de estos cuervos
que niegan cielos y jardines
en la fría mañana de febrero
tiene tono y dicción de alegoría
o precisa metáfora del miedo
mientras la página desnuda
confirma mi impotencia.
                  Nada tengo,
no hay cielo ni jardín ante los ojos
que conduzca al relato minucioso
de asombros y alegrías. Sólo
el vuelo de estos cuervos
(su sombra como un mal presagio)
podría llevarme a escribir
lo que su vuelo espanta con violencia:
prisionero de antiguas dejaciones,
el temor es mi asunto y mi silencio.