29.9.09

hamlet en la playa

La clara luz de enero, tan rasante,
ha dado con el hueso de las formas.

Esta marina es ya mi calavera:
espuma y plomo, médanos sin nadie,

la monda desazón de las gaviotas
peinando los pedreros y los muelles.

Converso cara a cara con el mundo
y sus cuencas vacías me interrogan:

esperan las palabras que no sé,
la huella que reservo a tantos días.

Me planto en lo que veo y se deshace;
es cuerpo muerto, muerte que me ausculta.

La clara luz de enero, tan inmóvil,
confirma la osamenta de esta hora.